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¿Quién paga la música en una boda? Tradiciones, acuerdos modernos y consejos prácticos

Dúo de chelo y piano durante ceremonia religiosa

Planear una boda implica tomar decisiones constantemente: desde el vestido y el catering hasta las flores y, por supuesto, la música. Uno de los aspectos que más dudas genera entre las parejas es cómo dividir los gastos, especialmente cuando se trata de partidas con un valor emocional importante, como es el caso de la música en vivo.


¿Quién paga la música en una boda?


¿Deberían asumirlo los novios? ¿Lo pagan los padres? ¿Se reparte entre ambas familias?La respuesta, como en casi todo lo relacionado con las bodas hoy en día, depende del tipo de familia, de la cultura y del acuerdo al que lleguen los implicados.


En este artículo, analizamos lo que dice la tradición, cómo funcionan los acuerdos modernos y qué consejos prácticos puedes seguir para que el tema económico no se convierta en una fuente de estrés.


Lo que dice la tradición: el papel de las familias


En muchas culturas, especialmente en países con una fuerte herencia católica o religiosa, existía la costumbre de que la familia de la novia asumiera la mayoría de los gastos de la boda. Esto incluía desde la ceremonia hasta el vestido, las flores… y sí, también la música.


Bajo esta lógica tradicional:

  • La familia de la novia se encargaba de la ceremonia y sus elementos: decoración, música, iglesia, banquete.

  • La familia del novio asumía gastos como el ramo, el transporte o la música para el baile.


Sin embargo, esta estructura ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente con el auge de las bodas civiles, la independencia económica de las parejas y el hecho de que muchas deciden costear su boda sin recurrir a la ayuda familiar.


Lo que sucede hoy: acuerdos modernos y decisiones compartidas


En la actualidad, no hay una única regla. Muchas parejas modernas deciden repartirse los gastos de forma equitativa, mientras que otras asumen algunos costes según sus prioridades personales.


En cuanto a la música, es habitual que sean los propios novios quienes eligen y pagan este servicio, especialmente cuando tienen un gusto muy definido o quieren un repertorio personalizado. Al tratarse de un detalle que aporta emoción, personalidad y elegancia, muchas parejas lo consideran una inversión en el recuerdo de su boda.


En otras ocasiones, es alguno de los padres quien se ofrece a cubrir este coste como regalo para los novios, sobre todo cuando se trata de formaciones en vivo, como un cuarteto de cuerda, un trío de cámara o una cantante solista.


En Deamare, hemos visto todo tipo de situaciones:


  • Parejas que contratan directamente el grupo musical con su presupuesto

  • Madres que regalan la agrupación musical para la ceremonia religiosa

  • Hermanos que se encargan del DJ como detalle para la fiesta


Lo importante es que la decisión sea clara, consensuada y asumida sin tensiones.


¿Por qué la música merece un lugar prioritario en el presupuesto?


A menudo, la música se considera un “complemento”, pero lo cierto es que marca la diferencia entre una boda correcta y una boda inolvidable. Es la música la que acompaña la entrada de la novia, da solemnidad a los votos, envuelve el brindis, y enciende la pista de baile. Es emoción pura.


Los precios de la música en vivo no son prohibitivos, especialmente si se comparan con otras partidas de la boda. En Deamare, por ejemplo, ofrecemos packs con músicos profesionales desde:

Formación

Solo ceremonia

Ceremonia y cóctel

Dúo

500 €

620 €

Trío

625 €

800 €

Cuarteto

765 €

1045 €

Todos nuestros servicios incluyen:


  • Repertorio personalizado

  • 45 marcapáginas con las canciones elegidas

  • Vídeo resumen de la actuación (según disponibilidad)


Una inversión más que razonable si se considera el impacto emocional que tendrá en el evento. Considera el desplazamiento aparte, si es fuera de la Comunidad de Madrid.


Consejos prácticos para decidir quién paga la música


  1. Habladlo abiertamente desde el principio. No hay nada peor que dar por sentado que alguien asumirá un gasto sin haberlo hablado.

  2. Estableced prioridades dentro del presupuesto. Si para vosotros la música es clave, quizá tenga más sentido que la cubráis vosotros.

  3. Permitid que otros contribuyan si lo desean. A veces, los padres o familiares quieren participar regalando un servicio concreto. Aceptarlo puede aliviar tensiones y hacerlos sentir parte del evento.

  4. Valorad el impacto, no solo el precio. La música es un recuerdo. Elegir una buena formación musical puede emocionar tanto como el discurso más sentido.


Preguntas frecuentes (FAQ)


¿Está mal que paguen los padres de uno solo de los novios?

No. Cada familia es diferente, y si un padre o madre desea cubrir ese gasto como regalo, es totalmente válido, siempre que haya acuerdo y transparencia.


¿Cuándo se debe reservar la música?

Lo ideal es entre 4 y 6 meses antes. En Deamare solemos cerrar fechas con bastante antelación, especialmente en primavera y verano.


¿Puedo cambiar de formación después de reservar?

Sí, siempre que haya disponibilidad, se puede modificar la formación o ampliar el servicio.


En resumen

Hoy en día, no hay una única respuesta a la pregunta “¿quién paga la música en una boda?”. Lo más importante es que sea una decisión compartida, realista y alineada con el estilo de la pareja.


Ya sea que los novios asuman ese coste, lo hagan las familias o se divida entre todos, lo fundamental es no restarle valor. La música es el alma de una boda, y merece una planificación consciente.


Si estáis buscando músicos profesionales para vuestra ceremonia, cóctel o banquete, en Deamare estaremos encantados de ayudaros.


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